En
este tercer tomo ya empezamos a ver los motivos detrás de la
personalidad de Sakura, gracias a la intervención de un nuevo
personaje. Se trata de Ranmaru, la chica luchadora que sale en la
portada (que me gusta bastante por cierto)
La
cosa empieza mal para estas dos chicas, pues Sakura se aprovecho de
Ranmaru, echándole la culpa de un crimen que ninguna de las dos
había cometido, pero antes de explicar el malentendido prefirió
hacerla ver como la mala. Todo esto cuando ella solo quería echarle
una mano (que odioso por parte de la prota, la verdad)
Bien,
una vez en el colegio piensa que da igual, total, no la va a ver
nunca más. Error, la chica karateka es la nueva estudiante
transferida, para que esta no se de cuenta adopta un cambio de
aspecto, estilo El puño de la estrella del Norte, para ser exactos,
que risas XD No cuela y cuando Ranmaru le pide explicaciones, lo
único que hace Sakura es gritar falsamente diciendo que la esta
agarrando muy fuerte, a lo que el grupo de fans responde
rodeando a su ídolo para evitar que le haga daño. Luego le
sonríe con sorna mientras nadie mira, en serio, que perr... mala
gente.
Después
de varios sucesos acaban entablando un combate, el cual gana Sakura
gracias a su exceso de energía positiva. Más tarde, cuando ven que
Ranmaru esta enamorada, Momiji y Sakura deciden "ayudarla"
a verse más femenina. Entre comillas porque cada una tiene un motivo
oculto detrás. Lo consiguen y con bastante buen resultado, pero
parece que a su padre no le gusto y no le deja ponérselo.
Esto
cabrea a la prota, la cual tiene un encuentro con el padre de
Ranmaru, en el cual consigue que este cambie de opinión, aunque
Ranmaru sigue vistiendo igual, se le hace más cómodo. Gracias a
esto, ella empieza a ver a Sakura como una amiga, es más, puede ver
la tristeza oculta de Ichiko, cosa que nadie más ve, exceptuando a
Momiji. La cosa es que Ranmaru es capaz de ver que esa actitud cruel
no es más que una mascara, la utiliza para no acercarse demasiado a
las personas, no quiere tener amigos.
En la
parte final del tomo tenemos un flashback de el porque de esto, eso
si, aunque me pareció puñetero lo ocurrido, pues no lo veo como
excusa. No es tan dramático como lo pinta, pero mejor eso a que
tuviese esa actitud de nacimiento y sin motivo. Lo bueno es que por
fin Sakura esta humanizándose, aunque es un proceso lento.
Ha
sido un buen tomo, Ranmaru es mi personaje preferida de la serie,
solo por debajo de Momiji. Hablando de esta última, cada vez se ve
más claro que aunque parezca odiar a Sakura, su autentico propósito
no es tan solo quitarle la energía positiva, ni siquiera creo que de
verdad lo quiera. Lo que quiero decir es que la Diosa de la desgracia
es un factor importante en el proceso de madurar de la prota,
imprescindible diría yo, pero es sin duda algo que el autor deja ver muchísimo.
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